¿Cómo limpiar la moto?
Lo principal es que lo hagamos y si puede ser a menudo, mejor. Limpiar la moto además de mejorar la imagen que damos de nuestro vehiculo, nos sirve para recordar otros aspectos del mantenimiento mientras lavamos/secamos la moto. Mirar las presiones de las ruedas, inspeccionar piezas o el nivel de aceite es parte del ritual y así nuestra moto estará mejor mantenida. Para los plásticos recomendamos detergentes no agresivos con la pintura y para las zonas más sucias (la llanta trasera en moto con cadena por ejemplo) un desengrasante doméstico como el popular KH7 es muy útil. O toallitas de bebé, que eliminan la grasa milagrosamente. Una vez aclarado todo el jabón con agua, recomendamos aplicar algún tipo de cera/silicona líquida para mantener brillo en plásticos y metales.
Añadimos los diez consejos que sabiamente dicen en la revista Motociclismo (los compartimos al 100%):
- No uses agua caliente (en lavaderos a presión a veces hay esa opción). Sobre todo en invierno, cuando interesa limpiar los restos de sal, al agua caliente aceleraría la corrosión de partes de hierro o aluminio. Evita también aplicar productos de limpieza sobre un carenado caliente (al sol en verano). La química desengrasante puede hacerse corrosiva en esas condiciones, si no queda más remedio «refresca» previamente la moto con un primer chorro de agua.
- Evita aplicar productos de limpieza sobre un carenado caliente (al sol en verano). La química desengrasante puede hacerse corrosiva en esas condiciones, si no queda más remedio «refresca» previamente la moto con un primer chorro de agua.
- Cadena: la cadena se puede limpiar, de hecho se DEBE limpiar. Pero jamás con agua a presión directa (se colaría agua difícil de expulsar después y puedes dañar las tóricas que actúan de retenes interiores). Se puede usar jabón desengrasante y un cepillo, o incluso gasoil. En cualquier caso, inmediatamente después deberemos aplicar grasa de cadena. Una cadena limpia durará varias veces más que la misma (con el mismo trato) si no se limpia casi nunca.
- Llantas y basculante trasero: Lo mejor es darles primero con agua a presión, y luego aplicar un producto limpiador específico. Tras unos minutos para que actúe sobre la suciedad o grasa, si queremos un buen resultado tocará cepillarlas antes del lavado final, también a presión. Una capa de silicona pulverizada impedirá que la suciedad vuelva a pegarse.
- Pantalla: no uses nunca un trapo sucio o usado porque aquí cualquier arañazo o resto será demasiado visible. El trapo de microfibra es ideal: ten uno limpio, guardado aparte sólo para este uso (o/y la pantalla del casco también).
- Cuidado con el carenado. No abuses con el agua a presión sobre adhesivos, y no dejes los plásticos sucios mucho tiempo, sobre todo con sal o insectos, pues puede haber daños irreversibles. Usa algún producto de acabado después del lavado (cera o silicona), protegerá y la moto durará más tiempo limpia.
- Los manguitos y otros componentes de goma envejecen mucho peor si no se limpian o tratan de vez en cuando. La suciedad cierra el poro exterior y favorece que se resequen y agrieten. Un spray de silicona o específico para gomas es perfecto.
- Metales: Todos son propensos a la corrosión, aunque sea superficial. Dejar las partes metálicas sucias favorece su corrosión, limpiarlas y protegerlas las hará eternas.
- Cuidado con los detergentes: Cuanto más potentes son limpiando y desengrasando, más agresivos son con las piezas. Algunos desengrasantes concentrados pueden dejar dañadas piezas de carenado, no sólo estéticamente sino estructuralmente (quebradizas). Evita usarlos, pero con cualquiera aclara siempre con agua de sobra para que no queden restos.
- No guardes la moto húmeda. Si llegas de viaje y te ha llovido, lo peor que puedes hacer es guardarla sin dejarla secar: el agua que queda, con el motor caliente, creará humedad que irá a parar a recovecos en los que generará corrosión. Típicamente, en conectores interiores a los que cuesta mucho luego llegar y que acaban provocando fallos eléctricos. Deja que se seque al aire libre, o sécala, y lubrícala antes de guardarla.